martes, 25 de noviembre de 2008


En ausencia de nuestro profesor de literatura castellana, aprovecho esta hora para añadir alguna entrada a mi blog, que últimamente parece abandonado, sólo parece. Hace unos días empezamos a leer el libro, y causa también de todas nuestras actividades actuales en la asignatura,y me gustaría hacer especial incapié al hecho que tuve que leer el famoso inicio de la novela, el cual recordaré a continuación, aunque sea innecesario:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco, y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda[...]

Confieso que no soy una gran lectora, y como ya afirmé en mi primera entrada, mucho menos tenía un gran entusiasmo por leer el Quijote. Eso sí, tengo esa frase grabada en mi mente desde hace años, podría decir. Ahora sólo espero que, a parte de los motivos que me obligan a que esto suceda, mi afición por los libros aumente en gran medida. No me hagáis caso.

La foto, hecha en Llançà, aunque imaginemos que es en Barcelona, quizás tenga poco que ver con Don Quijote, pero nuestro profesor Josep María Figueres, presente en la hora de guardia, nos ha recordado la figura de Dulcinea del Toboso, y la ha relacionado con ésta. Puede que en parte esté identificada. No lo sé.

2 comentarios:

goooooood girl dijo...

your blog is so good......

soldevilla dijo...

Una excelente foto. Y por qué no, podemos imaginar a Dulcinea en Barcelona, una escena que no aparece en la novela pero que, por eso mismo, pudo haber existido. ¿Qué es real y qué no es rela en los mundos de Cervantes?